CIUDAD IDEAL, EL ESPACIO SIMBÓLICO
Por: Mane Adaro
(Bajar pdf)

"La arquitectura es la estructura de enlace entre los elementos del Universo: tierra, aire, mar y ser humano. El potencial incluido en su realidad concretizada sirve de mediación, permite establecer una transferencia entre lo mental y el mundo prensible" (Claude Parent, "Structure", Architecture principie)

Ciudad ideal, obra de Rosario Montero, va dibujando un paisaje arquitectónico y geográfico del territorio chileno, de norte a sur las hileras decimonónicas de casas, acompañan la totalidad de la serie. Claude Parent en su escrito "Structure" señalaba que la transferencia entre lo mental y la naturaleza era posible solo con el conocimiento de la noción del "espacio".

Privado de una estructura arquitectónica, cualquiera sea su forma y uso, el hombre es incapaz de establecer relaciones de toma de conciencia con su universo y desde allí que necesita una materialidad que lo cobije y le de abrigo, pero que además le brinde comodidad y un nicho de realización personal, a la par con una integración con el resto de la comunidad.

La forma vernácula de las habitaciones en la comunidad Mapuche, eran rucas abiertas hacia el oriente que permitían que cada mañana, el sol entrara con suavidad alumbrando a través de ramas, cada grupo familiar contenía un predio aledaño donde cosechaban. Existía una relación física y simbólica entre los puntos cardinales con la materia, construcción y el orden dispuesto en la morada, generando una relación de cielo y suelo.

En muchas comunidades originarias, la importancia del espacio y la relación mística con el universo, fomentaron una forma de vida comunitaria y social específica. En la isla de Chiloé, al sur de Chile, aún perdura una costumbre que proviene de la empatía social, sea cual sea la hibridación de las raíces adquiridas, la Minga es un sistema de ayuda comunitaria entre los vecinos, que aportan manos suficientes para las faenas agrícolas, y en este caso, ayuda necesaria para el traslado de una casa a otro punto geográfico de la isla. Dos conceptos importantes confluyen, sentido de comunidad y sentido de pertenencia, la casa no es abandonada al vaivén de los imprevistos, ni desarmada, simplemente trasladada al hombro de los vecinos y sobre bueyes que cruzan ríos, mar y tierra, para preservar la esencia del espacio ya vivido o por una razón de conciencia ecológica hacia la madera utilizada. La arquitectura desde sus orígenes, ha tenido un sentido de magia y ritual, de invocación/ creación, (Ettore Sottsas, Textos Sítuattíonístes sur la ville, France) que va conformando la vida de las comunidades que allí nacen, aman y mueren, en aquel espacio que se conforma en un reflejo de identidad en desarrollo, su importancia radica en estar consciente que la arquitectura es creación de atmosferas y estilos de vida.

Si observamos las imágenes de esta "Ciudad Ideal", contemporánea, de Rosario Montero, vemos diferentes arquitecturas y estratos de casas de clase media, pertenecientes a barrios de ciudades o pueblos chilenos que conforman grupos habitacionales de personas invisibles, pues a raíz de lo hermético de la vivienda, la comunidad se distingue inexistente, pareciera ser el mensaje de su autora, que nos fotografía la arquitectura de una clase que ha sido restringida a ciertos metros cuadrados, reproducibles en su economía. Algunas lucen y son decoradas con muros como pequeños castillos medievales, otras como casitas de cuento alemán, otras más simples aun, son pintadas para borrar el gris de un cemento barato.

A través del viaje, la artista va coleccionando una galería de casas perfectamente lineadas y alienadas, que en algunas ocasiones se perciben como juguetes inacabados o tesoros individuales, ubicadas dentro de un paisaje citadino o rural, no existe un dato en la fotografía que certifique o nos identifique el lugar como tal, suponemos es el norte por un cielo azul y el sur por la influencia alemana, pero esas casas podrían estar en cualquier punto del país y lucir idénticas.

La mayoría mantiene sus puertas y ventanas cerradas, no se perciben moradores y vida visible, son casas como objetos modernos, que siguen una regla impuesta de orden pre establecido, abúlicas, desconectadas entre sí, del mundo natural y personal que aludía Claude Parent. Podemos ver una comparación en la obra "Stella Plage" del artista Belga, Frederic Lefever ( 1965) que presenta una trayectoria visual de varios pueblos de Bélgica y Francia, son imágenes de casas siempre cerradas, como en desuso, aparentemente abandonadas. La referencia y su sentido radican en fotografiar lo aparentemente nimio, imágenes que muchos podrían catalogar como banales, por simples en el uso de la luz, la forma frontal de la toma, que en el caso de Lefever vienen de la escuela de Dusseldorf, sin grandes cambios perceptibles en las tonalidades, solo generadas por el cambio de las estaciones.

Son miradas fotográficas que se construyen desde lo etnográfico, lo documental y lo expresivo/subjetivo. Pues el trabajo de Rosario Montero podríamos clasificarlo en el límite de lo documental formalmente hablando, ya que la mayoría de las imágenes, han sido levemente intervenidas para acentuar un "estado" perceptivo del orden y lo pulcro, han sido limpiadas de los signos caóticos que nos invaden cotidianamente en nuestro espacio visual, como cables de teléfonos y cables del alumbrado público, sin perseguir un embellecimiento de la imagen resulta un acto consciente para acentuar lo impoluto, lo deseado como proyecto, que termina siendo estéril. La importancia de estas imágenes radica en el registro, colección, intervención e intención de documentar una cartografía social, pues estas casas aluden a un mundo cerrado y hermético, que se construye hacia el silencio, todo está girando hacia el interior, hacia la comodidad de lo personal, o hacia la desaparición del concepto comunidad, acentuado por el medio imperante de ciudades actuales, que se cierran a sí mismas, en ghetos y barrios como los gated communities norteamericanos.

Como ejemplo la serie "Peuco", grupo de fotografías tomadas al norte de Chile, específicamente en la ciudad de Calama, donde vive una gran comunidad dedicada a la minería, tierra productora de contrastes sociales y riquezas, que logran transparentarse a través de las imágenes, como un mundo apartado, sin espacios verdes, quizá existentes pero invisibles al extraño. La arquitectura podría ser funcional al clima de esa región, pero la imagen nos devela y expresa en su serialidad y lineamiento, la intencionalidad de la autora para hacernos ver cierto estilo de segregación o síntomas generales de la contemporaneidad de las ciudades y como se construyen ellas.

En los edificios de Villa Portuaria en la ciudad de Valparaíso, las grandes moles de cemento contrastan con el concepto histórico del lugar, memoria de miles de comunidades que hicieron sus vidas en las calles y en los aleros de las tradicionales casas de la ciudad, la periferia de la ciudad va tomando aspecto de una arquitectura contemporánea, cerrada y estandarizada en miles de edificios de bloques que se construyen en cualquier parte, creando una nueva memoria visual que va moldeando e influenciando modos de vida y costumbres.

El artista Matta-Clark decía: "Vivimos en una ciudad cuya materia entera es arquitectónica (donde) la propiedad lo impregna todo" y en su compleja y gran obra en vez de construir, el proponía atacar los círculos de producción y consumo, extrayendo materia y deconstruyendo a partir de estructuras ya existentes. Para la mayoría poblacional, anónima y trabajadora, la casa es el concepto más básico y preciado como símbolo de estatus o como lugar identatario, pudiéndose observar en estas fotografías, el cuidado invisible de sus dueños, que amplían, decoran, reconstruyen y pintan sus fachadas, herméticas porque el desarrollo de las comunidades contemporáneas no ha sido de igualdad, confianza, o apertura hacia el otro, y están actualmente construidas sobre el miedo y la desconfianza. Si la ciudad que alguna vez fue pensada como un espacio integral no llena estas expectativas, son las casas que finalmente hacen parte del mundo más importante, donde los individuos recrean sus espacios soñados y personales.

Las fotografías de "Ciudad ideal" se perfilan antítesis y contradicción del sueño imaginado de "Las ciudades Invisibles" de Italo Calvino, pues por un lado, soñarla ha sido un desenlace del desarrollo arbitrario, pero también un sueño moldeado y reconstruido a sí mismo que toma vida propia. Son arquitecturas como formas de vida, que finalmente lucen como símbolo del encierro, ciudades herméticas y lejanas, difícilmente imaginables.
rosario montero 2010